Somos conscientes que en un viaje de estas características pasaremos momentos muy buenos, geniales; y momentos no tan buenos, es algo lógico y que todos asumimos que pasará.
Problemas económicos, mecánicos, burocráticos, ….. problemas que deberemos enfrentar fríamente y que al encontrarnos fuera de lo que solemos llamar nuestra zona de confort, nuestro hogar, nuestro pueblo, nuestra gente; nos hace aumentar las revoluciones de nuestros pensamientos cuando los problemas son de salud y si el problema no es en ti, las revoluciones van a más.
Como no se podía esperar de otra forma, el guionista, quien en realidad dirige nuestro viaje y decide que y donde hacemos tal o cual cosa, nos pone a prueba. Para que esperar a que estemos en medio de la sabana africana?
El viernes «santo», Laia se despierta como todos los días para desayunar y estudiar…. si si estudiar un festivo jejeje, es lo que tiene este tipo de vida, muchas veces viajamos cuando otros están en la oficina, jugamos cuando el resto de niños están en el colegio y estudiamos cuando antes descansábamos …. los tiempos cambian, los ritmos también.
De repente, asombrada, nos dice «..no puedo cerrar el ojo….» venga ya, tenemos que estudiar pensaba para mi, y la observo y veo que le cuesta cerrar su ojo izquierdo, como haciéndome guiñadas con su ojo derecho y el izquierdo inmóvil.
Le digo que cierre ambos ojos y veo que solo cierra el derecho, pero como ella estaba normal, sin fiebre sin ningún tipo de síntoma extraño, no le dí importancia, seguro que ha dormido con una mano bajo la cara y tiene esa zona adormilada, pasará.
Pasados unos minutos, le pregunto como se siente y me dice que igual, pero cuando observo su cara, veo que la mitad de su boca habla y la otra mitad queda inmóvil, no gesticula, no la controla, se me congeló la sangre.
Mientras desayunamos, llamo a emergencias médicas para pedir consejo y me dicen que podría no ser nada o podría ser otra cosa, me recomiendan llevarla al centro de salud más cercano porque por lo que describo, tiene parálisis facial.
No pasaron ni cinco minutos cuando ya estábamos de camino al centro de salud Mazarron Murcia, nuestra primera visita médica, nuestros nervios a flor de piel.
Llegamos y nos encontramos en urgencias con más de doce personas esperando ser atendidas, el recepcionista con problemas en su ordenador y la niña de otra comunidad autónoma, el tiempo pasaba y nadie me preguntaba que tenía la niña.
Pasados unos minutos me preguntan nombre, dirección, dni y los escribe en un formulario de papel y me dice, » esperar en la salita, ya los llamarán» atienden a una paciente que venía detrás nuestro y cuando la mandan a esperar su turno, me levanto y le digo .-» …disculpe, no me ha preguntado que tiene la niña…..tiene parálisis facial…. no se si es urgente o no…» sin dudarlo el señor se levanta y lo consulta con el médico e inmediatamente nos llaman, aleluya!!!
La explora físicamente y diagnostica parálisis facial periférica, descarta por lo tanto que sea un problema cerebral, solo en la cara. No se sabe a ciencia cierta a que es debido, puede ser viral o por cambios brusco de temperatura, por algún motivo el nervio que controla los músculos de la cara se inflama y deja de trabajar. Nos receta cortisona durante seis días y hacer ejercicios con los músculos de la cara.
Continuamos viaje, encontrándonos con unos paisajes hermosos de extensas playas, entramos en Andalucia!!!
Pasados siete días, no encontramos mejoría alguna pero se queja de dolor en la mandíbula afectada y se le nota un poco inflamada, por lo tanto toca buscar hospital y ahí nos dirigimos, Huercal Overa, hospital comarcal de la junta de andalucia.
No pasaron diez minutos de nuestra llegada, cuando estamos en el consultorio del médico que nos dice que no nos alarmemos, esos dolores son normales, pero nos deriva al especialista otorrino para quedarnos mas tranquilos aún y nos dan cita para dentro de tres dias.
Nuestra casa la teníamos bien aparcada en la puerta de urgencias prácticamente, así que no queda otra que disfrutar de este hermoso pueblo hasta tener la visita con el especialista.
A quinientos metros del hospital, y prácticamente en el centro del pueblo, encontramos un área para autocaravanas que será nuestro domicilio durante unos días.
Como parte del que hacer diario, y como estamos todos estupendamente de ánimos y ganas, nos damos una vuelta caminando por el pueblo y nos encontramos con esta maravilla en la que nunca nos imaginamos estar.
Es un parque donde conviven personas y animales en total armonía, digno de disfrutar.
A todo esto visitamos al especialista, que nos dice que esto lleva tiempo recuperar, si pasados treinta días, no vemos mejoría, debemos volver para realizar exámenes más específicos.
Ya han pasado quince días, y notamos una mejoría sustancial, ya se le nota cuando sonríe y puede cerrar bastante el ojo.
Seguiremos con los cuidados, pero vemos luz al final del túnel.
Dos meses nos ha llevado para que Laia se recuperara al 99% de su parálisis facial, y estamos muy contentos, ya que ha vuelto a ser ella misma, con su timidez y miedos, pero ha recuperado su alegría y se encuentra hasta mas suelta, hablando con la gente.
En definitiva, sin pruebas que nos pone el guionista e nuestras vida y que nos podía pasar en cualquier lugar, en casa, o fuera de ella. No existe un motivo específico que nos impida continuar nuestra aventura, ni ellos quieren que exista, si fuese por los niños, esta aventura no tiene fin.
